El aluminio es uno de los materiales más utilizados para diferentes productos e industrias. Esto debido a sus características, que lo hacen un material ideal para soportar todo tipo de temperaturas y climas.
Es estable al aire y resistente a la corrosión, además de presentar una increíble resistencia al agua salada, así como para muchos líquidos y diversos agentes químicos. Sin embargo, existen acabados recomendables para el aluminio que debemos conocer.
Industria del aluminio y recomendaciones de acabados
Dentro del mercado del aluminio existen varios tipos de acabados que se pueden aplicar a este tipo de material. En cuanto a la aleación que se usa en la arquitectura, este tiene un nivel de exigencia bastante alto.
Donde se demandan procesos de la más alta calidad, pues se deben considerar factores como la corrosión, facilidad de limpieza, estética y durabilidad. Todo con el propósito de crear estructuras resistentes que brinden la seguridad que los usuarios buscan y que es una necesidad para este tipo de aplicación.
Cuando la mayoría de los metales están expuestos al medio ambiente, sufren corrosión. Esta puede variar en severidad, pero en todos los casos afecta las propiedades estéticas y mecánicas del material, haciéndolo más débil y con una apariencia desagradable. Por esta razón, es que el aluminio destaca del resto.
Tipos de acabados que tiene el aluminio según su textura
Aunque existen diversos métodos y estilos para darle cierta apariencia a este material. Existen dos maneras principales de seleccionar el mejor acabado al aluminio. Estos son: por textura y la otra por color.
Acabados según su textura
Aluminio anodizado
El anodizado es el proceso de engrosamiento de la capa de óxido natural en la superficie de las piezas metálicas. En el caso del aluminio se genera una capa de protección artificial que aumenta su resistencia y durabilidad.
Esto se logra sumergiendo esta aleación en un baño de ácido sulfúrico y pasando una corriente de aproximadamente 6000 amperios a 20 voltios. El tratamiento mecánico de la superficie se puede utilizar para lograr una gran variedad de texturas. De laque podemos identificar tres acabados principales:
Aluminio directo
Textura de lijado
Aluminio pulido
Cada uno de estos acabados del aluminio le brindan características especiales que lo hacen ideal para diferentes industrias. Además de brindar un efecto más natural o más brillante dependiendo del tratamiento usado en este metal.
Proceso de lacado
El lacado del aluminio se realiza aplicando pintura en polvo de poliéster a los perfiles y luego polimerizándolos en el horno. Aplicando sobre el soporte pintura en polvo cargada electrónicamente y de signo contrario.
De esta forma se consigue una capa homogénea de este material añadido. Para finalizar el proceso, el tipo de perfil se coloca en un horno para fundir y polimerizar la pintura, consiguiendo la dureza y calidad que este acabado requiere.
La laca permite un amplio catálogo de texturas, con dos tipos de acabados disponibles:
Con acabado brillo o mate: El efecto brillo se consigue aplicando una capa de barniz sobre la laca, mientras que el mate se consigue eliminando este elemento añadido de la ecuación.
Texturizado y texturizado mate: El efecto del texturizado se consigue espolvoreando polvo de mármol de varias granulometrías sobre el lacado, dando como resultado un acabado de textura más o menos rugosa. Se consigue un acabado brillo con barniz, y un acabado mate sin este.
Acabados según su color
Anodizado: El aluminio se puede teñir en una variedad de tonos gracias al método de anodizado descrito en la sección anterior. La coloración con sal produce una amplia gama de tonos, incluidos los más populares, como el plateado, el bronce y el negro, así como el dorado, el azul, verde y el rojo.
Lacado: El método de lacado permite una amplia selección de colores para los dos tipos de acabados: los lacados brillo o mate. Estos pueden utilizar cualquier color de la carta RAL, mientras que los lacados texturados utilizan colores de la carta FUTURA.
Las múltiples texturas y colores se pueden emplear en cualquier instalación que una industria pueda llegar a requerir. Incluidas, todas las formas de ventanas, puertas, terrazas, sistemas de techo, entre muchas otras opciones.
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